¿Qué son las mascarillas?
Una mascarilla consiste en una capa de productos, que se aplica sobre la piel o cabello. Dependiendo tanto de la zona en la que se desea aplicar como de los resultados que se busquen, se emplearán unos u otros ingredientes. Existe una amplia variedad de productos.
Las mascarillas faciales son parte fundamental para completar el cuidado del rostro. Las mascarillas proporcionan a la piel todo tipo de beneficios, además de brindar un momento de tranquilidad y descanso mientras se aplican y se dejan en la piel para que actúen. Existen muchos tipos y con diferentes texturas según las necesidades y preferencias que busquemos para nuestra piel.
Según su uso:
La piel humana mantiene un balance en su humedad y otros factores que la mantiene sana y cuidada. Cuando se producen desequilibrios podemos estar ante pieles grasas, que presentan un exceso de secreciones sebáceas, o pieles secas, con un déficit de hidratación que las vuelve quebradizas o propensas a las arrugas. Las pieles sensibles no toleran debidamente algunas condiciones o ingredientes, presentando daños con facilidad ante la presencia de estos elementos o incluso reaccionan a cambios climáticos con más facilidad.
En general, las mascarillas según el tipo de piel se dividen:
- Para pieles grasas
- Para pieles secas
- Para pieles sensibles
- Para pieles acnéicas
- Para pieles normales
Según sus efectos más comunes:
- Mascarillas hidratantes: Para mantener la piel hidratada también es conveniente el uso de una mascarilla adecuada al menos una vez por semana para que le devuelva el confort y la hidratación. Las mascarillas hidratantes retienen la humedad natural de la piel y son ideales para pieles secas o para ciertos momentos que se necesite aporte de hidratación extra.
- Mascarillas limpiadoras o purificantes: Se recomiendan para pieles grasas en las que sea necesario eliminar o secar puntos negros e impurezas, ya que limpian la piel pero no la deshidratan. Generalmente en su formulación se utilizan diferentes productos astringentes que además actúan cerrando los poros y evitando la aparición de imperfecciones.Ofrecen un efecto refrescante, suavizante y tonificante.
- Mascarilla exfoliante: Preparadas para ayudar a eliminar las células muestras y a renovar la piel brindándole un aspecto más luminoso. Ideales para aplicarlas el día anterior a tomar sol o antes de las mascarillas de tratamiento.
- Mascarillas revitalizantes: Las mascarillas
revitalizantes devuelven a las pieles apagadas y cansadas un aspecto renovado gracias a sus ingredientes. Son capaces de devolver a la piel la energía perdida. Se suelen utilizar después de un largo día de trabajo antes de ir a una cita importante o a una fiesta.
- Mascarillas nutritivas: Las máscaras nutritivas se encargan de otorgar a la piel todas las vitaminas que le hace falta, nutriéndola en profundidad e impidiendo que se reseque o se vuelva áspera y con un aspecto poco saludable. Ayudan a que la piel pueda recibir directamente ciertos beneficios de sus elementos haciendo que el cutis luzca más suave y terso.
- Mascarilla reafirmante: Estas máscaras desempeñan el efecto tensor de la piel evitando la formación de arruga, líneas de expresión y previniendo el descolgamiento cutáneo. Su efecto lifting es increíble, devolviéndo a la piel un aspecto joven y descansado. Tras la aplicación se suele dejar una sensación de tirantez en la piel, esto es normal y va desapareciendo con el transcurrir de las horas.
- Mascarilla antiedad: Las mascarillas antiedad son las encargadas de retrasar y frenar en la medida de lo posible el envejecimiento prematuro de la piel y para hacer menos visibles las arrugas o líneas de expresión ya existentes.
Aplicación de las mismas:
Lo primero que se debe hacer es elegir la mascarilla correcta para el tipo de piel.
La piel deberá estar perfectamente limpia, inclusive podemos realizar una suave exfoliación antes de aplicarla. Este suave peeling elimina las células muertas y permite una mejor absorción de la mascarilla. Este aspecto es sumamente importante, ya que puede provocar tanto un efecto distinto en zonas que no estén perfectamente limpias, o que no haga ningún efecto en absoluto en ellas.
Por norma general, la mascarilla facial debe aplicarse de forma uniforme por cara cuello y escote, de modo que permita que todas las zonas sean tratadas por igual evitando siempre el contorno de ojos y labios.
Dejaremos actuar unos minutos y retiraremos con agua templada, para aplicar por último su tónico correspondiente. Y posteriormente podríamos seguir con nuestra rutina diaria.
Algunas mascarillas tienen consejos específicos para su aplicación, pero por norma general este método funciona con cualquier mascarilla.
